Así
es. Madrid ha llegado, amigos. Y con Madrid, llegan también un cúmulo de nuevas
emociones: alegría, miedo, nerviosismo... pero por encima de todo, muy por
encima, los 250 becados sentíamos lo mismo: ilusión.
Y
es que yo no era consciente de lo real que era todo esto hasta que me vi en un
avión, volando hacia un fin de semana imposible de olvidar.
Por
si hay alguien que no lo sepa, el viaje a Madrid era el primer paso después de
conseguir la beca. Asistes a reuniones, te enseñan a sobrellevar los problemas
que puedas tener los diez meses que estarás sola… Y mil cosas más que contaré
por partes.