Carta a mi futuro yo
Querida yo del futuro:
Sé que no ha pasado mucho tiempo desde que tú eres yo. Tal vez doce meses, o quizás un poco más. Aunque cuando leas esto, para ti ya será el presente. Si todo sale bien, quiero que abras esta carta en mayo, cuando te quede poco tiempo para volver.
Intento imaginar cómo serás. Cómo tendrás el pelo. La ropa que llevarás. Si serás todavía más alta que yo. Aunque espero que se te haya ido ya esta cara de niña. También espero, que todo te haya ido muy bien. Que estos 12 meses hayan pasado muy rápido. Que estés donde estés, estés feliz.
A día de hoy, ni siquiera sé en que estado te ha tocado. Ni cómo es tu familia allí. No conozco a las personas a las que hoy llamarás amigos. Ni tampoco sé si tienes hermanos o vecinos que te hagan sentirte un poco más acompañada. Pero en realidad, no me importa. Porque lo que me importa es que si estás leyendo esta carta, es porque todas esas personas son maravillosas y todo ha ido genial.
Espero que no te hayas perdido mucho los primeros días de clase, que hayas sabido coger el famoso autobús amarillo y que ya sepas cómo abrir tu taquilla. Que hayas, por fin, podido tocar la nieve. Espero que hayas conocido a gente increíble, y que hayas estado tan ocupada que ni siquiera recuerdes la existencia de esto cuando vayas a abrirlo.
También debes recordar cómo era tu vida aquí. Desde cuánto te costaba levantarte por las mañanas, los mensajes diarios de Nico, "vas conmigo?", cruzar el parque cada día para ir a clase, cruzarlo para volver, coger la guagua, ir a teatro, dar una vuelta con algún amigo, pasear al perro...
Ahora mismo, todavía hay veces que me pregunto si volar a EEUU no será una locura demasiado grande. Espero que cuando estés leyendo esta carta ya sepas si lo ha sido. Que ya sepas si ha merecido la pena, y por supuesto, que me lo digas.
Me conozco. Y te conozco. Y sé que no te has cansado de luchar por tus sueños. Que te habrás propuesto metas, y con suerte, las habrás conseguido. Que seguirás teniendo esas ganas de hacer algo grande que tenías cuando eras yo. Y sé, cómo tú también sabrás, que eres igual o más fuerte que antes.
Sí, sé que no ha pasado tanto tiempo desde que tú eres yo, pero también sé, que estos meses te habrán hecho cambiar, y ver las cosas de otra manera.
Así que dime si eres feliz. Y yo seré feliz.