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martes, 25 de abril de 2017

Carta a mi yo pasado

Me parecía tremendamente injusto escribirle solo a la Irene del futuro, así que he decidido escribirle también a mi yo del pasado.

Querida yo del pasado:

Hace un año que ya no soy tú. El tiempo ha pasado volando y ahora abro la carta que tu me escribiste y me parece ajena, desconocida. Tú y yo dejamos de ser la misma persona el día que te marchaste de casa. 16 de agosto. Ese día quedará grabado en tu memoria, y por lo tanto, en la mía. Pero tranquila, es por una buena razón.


No quiero contarte demasiado, no quiero revelarte el futuro. Porque para que tú llegues a ser yo, necesitas descubrir por ti misma las cosas que todavía te quedan por descubrir. Pero aún así, quiero pedirte un par de cosas.

Sé que nunca escuchas cuando alguien intenta aconsejarte. Sé que crees que nadie sabe como vivir tu vida mejor que tú misma. Eres bastante madura, no lo niego. Pero a veces, aún así, tienes que dejarte enseñar, dejarte aconsejar.

Sé que ahora no te puedes imaginar echando de menos la playa, ya que la ves casi cada día. Pero apréciala. Aprovecha los paseos por la arena. Esos que das hasta que anochece, hasta que decides sentarte y quedarte mirando como la gente se va lentamente. Aprecia tu isla y cada pequeña cosa. Desde los buenos ratos que pasas con amigos hasta los no tan divertidos, como esperar a que llegue la "guagua" durante un lento cuarto de hora.

Así que, eso es: echa de menos. Porque desde que lleves unos pocos días en América te darás cuenta de que siempre va a haber algo que eches de menos, porque ya no eres de un solo lugar, y nunca podrás estar en lo que ahora son tus dos casas a la vez.

El famoso autobús amarillo con el que ahora sueñas... no es tan excitante. En cambio, la nieve te enamorará desde el primer momento, pero no puedo contarte por qué, ya que eso lo descubrirás tú misma.

Aprovecha cada segundo con los amigos que tienes, porque no todos seguirán en tu vida para cuando te hayas convertido en mí. Pero no te pongas triste, porque perderles no será tan malo cuando conozcas a todas las personas que todavía te queda por conocer.

No has cambiado tu forma de pensar. Pero has aprendido a escuchar, a respetar. Que tú no estés de acuerdo con algo no significa que los demás no puedan estarlo. Escucharás muchas tonterías, y créeme, este año se hablará mucho de América, y vivirás momentos histórico, pero deja de juzgar, y no olvides que cada historia tiene dos caras.

Nunca, de verdad, nunca, sientas vergüenza por ser tú misma. Nunca pienses que no encajas, o que te gustaría ser diferente, porque solo siendo como eres harás los amigos que harás. Y no será fácil, y llevará tiempo. Pero una vez que seas yo, te darás cuenta de que te da igual no encajar entre todos los demás si tienes en tu vida a las personas que hoy en día están en mi vida.

No dudes sobre lo que puedes o no puedes hacer, porque vales tanto como te dicen. Sigue lo que te dicte el corazón, aunque a veces sea difícil. Porque no, no siempre va a ser fácil, pero al fin y al cabo, eso es lo que le da emoción a la vida, ¿no?

Búrlate de ti misma. Y permite que los demás te acompañen al reírte de tus propios errores. Porque aunque ahora te pienses que eres perfecta, dentro de poco descubrirás que la mejor parte de ti es casualmente la que tiene defectos.

Parecen muchas órdenes,lo sé, muchos consejos, pero no te asustes. Vas a ser muy feliz aquí. Esto se convertirá muy rápidamente en tu hogar. Siempre quedará un trocito de esta ciudad en tu corazón, aunque tu todavía ni sepas a qué estado vendrás. Y tu familia americana... no hay palabras para describirla. Pídeles ayuda siempre que lo necesites, porque lo único que puedo adelantarte es que casi son ángeles caídos del cielo.

Sabes que todavía te queda un camino muy largo por recorrer. A ti, y a mí. Así que equivócate, comete errores, haz el tonto. Haz todo eso sin miedo, porque son esos actos imperfectos los que te han hecho tomar las decisiones que has tomado, y los que te han hecho convertirte en quien yo me he convertido hoy en día.

Pero no estoy aquí solo para enseñarte, porque yo también he aprendido de ti. Si hay algo que tú tienes muy claro, es que no vas simplemente a conformarte. Bueno, ni tú ni yo. Voy a seguir, igual que tú has hecho hasta ahora, esforzándome lo que haga falta hasta llegar hasta donde tú y yo queremos estar.

Y créeme, cada día estamos un pasito más cerca.

Por último respondo a tu pregunta diciéndote que seas feliz, porque yo también lo soy.